UN GRITO POR LA TRANSPARENCIA: VACUNAS Y MOVILIZACIÓN SOCIAL

Como siempre, desde Trasparencia por Colombia, Dejusticia, el Proyecto Antonio Nariño y la Corporación Ocasa les damos la bienvenida a este espacio. Asimismo, les agradecemos a Temblores ONG, a la Liga Contra El Silencio y al Instituto Anticorrupción por haber aceptado nuestra invitación a participar en esta edición. | Ilustración: Juliana Cuervo

En el marco de la celebración del Día Internacional del Derecho de Acceso Universal a la Información, la Alianza Más Información Más Derechos presenta la tercera edición de la Revista DesTápate, con la cual se propone conmemorar cada año el día del “derecho a saber”. Pero esta edición es especial. Este año queremos celebrar exaltando el trabajo de quienes están detrás de las actividades de monitoreo, veeduría ciudadana y control social que buscan hacer rendir cuentas a quienes detentan el poder público.

Al igual que en las ediciones pasadas, en este número encontrarán un balance anual de los avances en la garantía del derecho de acceso a la información pública en Colombia. Sin embargo, el énfasis de esta edición está en reconocer el papel fundamental de una ciudadanía activa y de una sociedad civil organizada que, aún en tiempos de pandemia, se mantuvo vigilante frente a la opacidad del poder. Ciudadanos, investigadores, grupos de jóvenes y periodistas que, por medio de denuncias, peticiones/solicitudes de información, acciones judiciales y registros periodísticos han intentado transparentar el accionar de la administración pública frente a dos de las coyunturas más importantes por las que atravesó el país en el último año: la pandemia del COVID-19 y el Paro Nacional de 2021.

En estas páginas encontrarán ejemplos de cómo, después de 7 años de la expedición de la Ley de Transparencia y Acceso a Información Pública, ciudadanos de distintos sectores se han apropiado de las herramientas que provee esta ley para hacer efectivo su derecho al acceso a la información pública. Y por medio de este, asegurar la apropiada gestión de los recursos públicos, la protección de la salud pública, y la eficacia de los derechos fundamentales a la protesta, a la libertad de expresión y a participar en la dirección de los asuntos públicos, entre muchos otros.

En este número encontrarán información y opiniones sobre el aumento sustancial en los reportes ciudadanos por presunta corrupción en el manejo de los recursos de la pandemia, sobre los múltiples esfuerzos judiciales y extrajudiciales de la sociedad civil por acceder a los contratos para la adquisición de vacunas por COVID-19, sobre los intentos periodísticos para conocer información oficial de COVID-19 a nivel territorial, sobre los espacios de organización informal que los jóvenes han generado a falta de espacios institucionales de participación, sobre la búsqueda de información frente a la situación de derechos humanos en el país en el marco del Paro Nacional, sobre la lucha de la prensa por reportar frente al Paro Nacional, aún en ambientes muy hostiles y sobre los esfuerzos de registro y asesoramiento legal de casos de violencia policial que se hacen desde la sociedad civil, con el apoyo indispensable de los ciudadanos.

Evidentemente no todo el panorama que aquí presentamos es alentador. Del otro lado de estas acciones ciudadanas encontramos esfuerzos deliberados de distintas esferas del Estado por mantener información clave en la opacidad. Así, seguimos encontrando a un órgano garante de transparencia que se niega a dar ejemplo y a órganos de control que no informan a los denunciantes sobre la suerte de sus denuncias. De igual forma, captamos a una Fuerza Pública que persigue a los periodistas y a quienes ejercen su derecho a la libre expresión en las calles y en Internet. Y finalmente, continuamos encontrándonos con entidades y funcionarios reticentes a transparentar información pública, incluso existiendo sentencias judiciales que se los ordenan, y con archivos públicos que aún están desordenados, desactualizados o que no existen.

Pero es precisamente por eso que son necesarias las actividades de monitoreo, veeduría y control social que aquí reconocemos y celebramos. Si en el segundo número de esta revista nos enfocamos en resaltar el valor de la transparencia, en esta nueva edición buscamos hacer evidente el rol fundamental de la ciudadanía, activa y empoderada, para hacer efectivo dicho valor.

Como siempre, desde Trasparencia por Colombia, Dejusticia, el Proyecto Antonio Nariño y la Corporación Ocasa les damos la bienvenida a este espacio. Asimismo, les agradecemos a Temblores ONG, a la Liga Contra El Silencio y al Instituto Anticorrupción por haber aceptado nuestra invitación a participar en esta edición. Sus ejemplos de monitoreo y activismo desde la sociedad civil, el periodismo y la veeduría ciudadana nos alientan a seguir con más fuerza en esta cruzada por más y mejor información.