CoronApp: en deuda con la transparencia
Es insólito que, en medio de una pandemia, frente a una crisis inminente de salud pública, el Gobierno se rehúse a transparentar la información sobre sus herramientas tecnológicas, e insista en no propiciar la confianza necesaria en sus estrategias de cara a los expertos y a la ciudadanía. Ilustración: Julio Villadiego
La Agencia Nacional Digital y el Alto Consejero para la Transformación Digital han insistido en mantener la reserva sobre el código fuente de la aplicación y han cerrado las puertas al escrutinio de los técnicos, por supuestas razones de protección de la información y de seguridad nacional.
Por Víctor Práxedes Saavedra y Celso Bessa, de Dejusticia
La confianza ciudadana es indispensable para el éxito de toda política de salud pública. Como parte de su estrategia epidemiológica frente a la covid-19, el Gobierno Nacional desplegó CoronApp, una aplicación móvil, con múltiples funciones (reporte de síntomas, rastreo de contactos, pasaporte digital, etc.), que se sumó a las herramientas para enfrentar la pandemia.
Desde su lanzamiento, CoronApp ha estado en el centro de las discusiones sobre tecnología, derechos humanos y políticas públicas. Las críticas a CoronApp han venido de varios frentes: la eficacia de sus funcionalidades, las condiciones del tratamiento de los datos que recolecta, y cómo no, la transparencia sobre su funcionamiento.
Desde su lanzamiento, CoronApp ha estado en deuda con la transparencia. En especial, porque la Agencia Nacional Digital, como su desarrollador, y el Alto Consejero para la Transformación Digital, como su vocero, han insistido en mantener la reserva sobre su código fuente y han cerrado las puertas al escrutinio de los técnicos, por supuestas razones de protección de la información y de seguridad nacional.
Lo cierto es que la publicación del código de CoronApp, que podríamos definir de forma sencilla como el conjunto de instrucciones para indicarle a un computador cómo ejecutar la aplicación, no amenaza ni la una ni la otra. La publicación del código fuente no implica la revelación de los datos de la ciudadanía y CoronApp no guarda relación alguna con temas de seguridad nacional. De hecho, la publicación del código es una estrategia típica de las compañías de Internet, como lo demuestra la cantidad de repositorios de códigos públicos de programas que manejan datos confidenciales como Signal, Google o Microsoft. Incluso, en relación con la pandemia, Apple y Google publicaron parte delcódigo de su solución aún durante su desarrollo.
Además, la publicación del código fuente de CoronApp es importante por varias razones. Primero, porque con ello se honran los compromisos con el desarrollo y la programación delsoftware originario sobre cuyo código se perfiló la aplicación. En el caso de CoronApp, su licencia es GNU-GPL3, lo que implica que el código fuente que se desarrolle a partir suyo y sea distribuido al público (e.g. disponible en App Store o Google Play) debe ser accesible a los usuarios.
Segundo, la divulgación del código fuente es relevante porque ofrece importantes ventajas de colaboración y participación de la ciudadanía. En particular, permite integrar a la comunidad de expertos en el proceso de mejora continua de la seguridad
de la aplicación, y facilita la auditoría ciudadana sobre el cumplimiento de la normatividad, en especial, la relacionada con la privacidad y la protección de datos personales.
Y tercero, su publicación es requerida porque así lo ordena la Ley de Transparencia y Acceso a la información Pública (Ley 1712 de 2014), que incluye el principio de máxima publicidad y los mandatos de transparencia y divulgación proactiva. El código fuente de CoronApp debería estar disponible sin necesidad de solicitud ciudadana, al tratarse de una especie de la llamada “información mínima obligatoria” de que trata el Artículo 11 de la Ley 1712, pues consiste en “detalles pertinentes sobre un servicio que brindan directamente al público, incluyendo normas, formularios y protocolos de atención”, los sujetos obligados.
CoronApp sigue en deuda con la transparencia. Es insólito que, en medio de una pandemia, frente a una crisis inminente de salud pública, el Gobierno se rehúse a transparentar la información sobre sus herramientas tecnológicas, e insista en no propiciar la confianza necesaria en sus estrategias de cara a los expertos y a la ciudadanía.